«No hay alternativa a la energía nuclear»

James Ephraim Lovelock es un científico independiente, meteorólogo, escritor, inventor y ambientalista, famoso por la Hipótesis Gaia, que visualiza a la Tierra como un sistema autorregulado.

Sus declaraciones nunca dejan indiferente. Lovelock defiende a capa y espada la energía nuclear. De hecho, asegura que «es lo único que tenemos, ahora mismo no hay una alternativa a la energía nuclear. Los franceses la están empleando y no tienen ningún problema». Incluso los temidos residuos nucleares son, para Lovelock, «un problema tremendamente exagerado, los residuos que se generan por una actividad cotidiana cabrían en un espacio pequeño. Yo no tendría problemas en almacenar al lado de mi casa los que se produjesen en mi área».
Este científico y divulgador nada contra corriente en casi todos los temas que aborda. Cuando los gurús del cambio climático dirigen el dedo acusador contra el hombre y su afán capitalista, Lovelock dice que no hay culpables. «Uno nunca debe tener sentimiento por el cambio climático. No es algo que se haya hecho deliberadamente. Los humanos somos tan responsables como la fotosíntesis, con la que se creó una gran cantidad de oxígeno que exterminó una gran cantidad de vida en el planeta». Aunque el ser humano no tiene la culpa del calentamiento global, en palabras del científico, sí sufrirá las consecuencias: «Mi visión puede ser apocalíptica, ya lo veremos, pero a final de siglo no quedaremos en la Tierra más de mil millones de personas». Eso sí, Galicia será una de las regiones privilegiadas. «Tenemos el efecto océano que nos mantiene refrigerados; no tendrá tanta suerte el resto de Europa, donde la perspectiva es que se convierta en el Sáhara».
Finalmente, el autor de la teoría de Gaia descarta una posible huida de los humanos a otro planeta: «Esa idea es una auténtica locura, no hay ningún tipo de posibilidad en nuestro sistema solar. Y por supuesto ir a otra galaxia es una absoluta entelequia, por lo que deberíamos aprovechar nuestro planeta, deberíamos disfrutar de esta joya y esta oportunidad». Porque, como augura Lovelock, «Gaia vivirá sin nosotros».